Acrílico sobre tabla
En el corazón de una galaxia escondida, un carnero de mirada profunda navega entre nubes azuladas y flores en floración perpetua. Su cuello alargado toca el cielo como un árbol de sueños, y en su andar silencioso lo acompaña un felino tímido, su guardián, su sombra suave, su secreto.
Juntos habitan un rincón del universo donde florece lo improbable.
La obra respira misterio, pero también esperanza: una oda a las amistades cósmicas, al vínculo mudo y tierno que nos sostiene incluso entre las estrellas.
El Pastor de Nebulosas es una invitación a mirar hacia adentro con la misma curiosidad con que se mira el cielo.
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